Pausas activas ARL
Aprende a sentarte para prevenir problemas
En ocasiones olvidamos que nuestro cuerpo está hecho para moverse y la falta de movimiento se acaba notando en la salud. Por eso, es necesario que tomemos conciencia de que algo tenemos que hacer para evitar el llamado “efecto silla”. Si eres de los que pasa mucho tiempo sentado, este artículo te interesa.
Consejos para paliar el sedentarismo laboral
En muchos de los trabajos se tiene que pasar mucho tiempo sentado, y en alguno de ellos incluso en una posición estática, lo que es aún más perjudicial para la salud. Para paliar este problema debes seguir estos consejos:
Si puedes vete caminando a tu puesto de trabajo y si no es posible, olvídate del ascensor y utiliza las escaleras.
Cuando lleves sentado mucho tiempo, procura levantarte a dar un pequeño paseo a buscar agua, café o a ir al baño y así poder estirar un poco las piernas.
Acostúmbrate a utilizar un reposapiés para prevenir dolores de espalda.
De vez en cuando realiza estiramientos.
Utiliza una silla adecuada a tu altura y a tu escritorio.
Si puedes aplicar estos consejos, notarás sus resultados beneficiosos en muy poco tiempo. Además de llevar a cabo estas recomendaciones, también es muy aconsejable que hagas ejercicio al menos treinta minutos al día.
Consejos para sentarte correctamente
A la hora de sentarte siempre se hace en la postura más cómoda, pero esta postura no tiene por que ser la más adecuada para tu salud corporal. A continuación te damos unas recomendaciones para que te sientes bien:
Cuando te sientes, procura que tu cadera quede al fondo de la silla y la espalda quede apoyada en la parte trasera de la silla.
Mantén tus hombros hacia atrás y la espalda derecha para evitar dolores de cuello y espalda.
No inclines la silla hacia atrás ni tampoco encorves la espalda.
Ajusta la altura del asiento a tu medida para que tus pies toquen el suelo y las rodillas permanezcan a la altura de la cadera. Si tu asiento está muy bajo terminarás con dolor de cuello y si está muy alto tus hombros entrarán en tensión.
El respaldo de la silla debe tener un ángulo de 100 o 110º pues te sentirás más cómoda que con un ángulo de 90º.
Procura que tu silla tenga un soporte total en la espalda, pero si no lo tiene, procura usar cojines o pequeñas almohadas justo por encima de la cadera.
Mientras estés sentada puedes balancearte en la silla hacia delante o hacía atrás de vez en cuando para evitar que tu espalda permanezca siempre en la misma posición.
Los apoyabrazos deben estar colocados de forma adecuada para mantener los hombros relajados y las muñecas niveladas con el escritorio.
Ajusta el monitor de manera que no tengas que forzar el cuello a una altura aproximada de 5 ó 7 cm por encima de tus ojos cuando estés sentada.
Utiliza un ratón ergonómico pues permite que la muñeca permanezca paralela al cuerpo en lugar de estar paralela al suelo forzando la muñeca y generando molestias como el síndrome carpiano y dolores crónicos.
Procura hacer una pausa cada hora para ir al baño o para estirar las piernas.
De vez en cuando encoge y estira tus hombros para evitar que se queden entumecidos.
Los pies deben quedar apoyados en el suelo al mismo nivel.
Evita cruzar las piernas pues esto provoca compresión en los vasos sanguíneos.
La cabeza debe permanecer recta, alineada con el resto de la columna.
El teclado del ordenador debe estar unos 10cm hacia dentro del borde de la mesa.
La distancia entre los ojos y la pantalla debe ser de unos 50 ó 60 cm.
La luz también es importante. La luz externa no debe dar directamente sobre la pantalla.
La luz de la pantalla debe regularse mediante el brillo y el contraste.
Lo importante de todo esto es que te sientas cómoda en tu silla y evites posturas forzadas, que a la larga te pueden provocar dolores de espalda, cuello, muñecas… No te olvides de levantarte de vez en cuando y dar pequeños paseos para estirar las piernas y evitar que se entumezcan.
Si tienes dolores de cuello o espalda, procura revisar tu silla, tu escritorio y revisa estos consejos para corregir lo que estés haciendo mal. Si los problemas son más serios debes acudir a tu médico. Además, puedes ir a un fisioterapeuta para llevar un masaje específico, seguro que lo agradecerás.